La corriente liberal de mercado de la década de los 90, nos hizo
entender que el incremento en la competitividad está acompañado de la reducción
de la pobreza, lo cual significa que el Estado debe proveer las condiciones
necesarias para que los peruanos excluidos por la extrema pobreza puedan
alcanzar un nivel de vida digno. Es
así, que la existencia de los programas sociales forma parte de la ejecución de
la política social del Estado, pero también, y no menos importante, el acceso a los servicios
de educación y de salud de calidad, lo cual tiene la finalidad de incentivar la
productividad.
Sin embargo, durante los últimos 15 años, la permanencia de los
programas sociales no ha revelado un verdadero avance en el alcance de las
metas de largo plazo, como la de proveer a sus beneficiarios de los medios
necesarios para procurarse un desarrollo sostenible que les permita
desenvolverse como agente económico activo, y así echar a andar el mecanismo
retributivo que permita ayudar a más personas sin que esto signifique mayor
carga económica.
La eficacia de los programas sociales debe analizarse a partir del
cumplimiento de los 3 ejes transversales establecidos por el Plan Nacional de
Superación de la Pobreza:
1.Desarrollo de capacidades
humanas y respeto de los derechos fundamentales.
2.Promoción de oportunidades y
capacidades económicas.
3.Establecimiento de una red de
protección social.
Los ejes mencionados responden a la necesidad de un cambio en la
estrategia de la administración de los programas sociales a fin que desarrollen
su naturaleza promotora de desarrollo humano promoviendo oportunidades de
educación y empleo, restringiendo su carácter asistencialista las personas
vulnerables en los ámbitos de nutrición, seguridad alimentaria, pensionario y
salud materno infantil, entre otros.
Pero, ¿Cómo hacer que los programas funcionen?. ¿Éstos responden a
la finalidad para la cual fueron creados, responden a su carácter temporal y de
asistencia sólo a personas de extrema pobreza?. Preguntas, que dada la coyuntura
política de un gobierno en crisis, resultan difíciles de responder.
El gobierno de Ollanta Humala nos deja programas sociales como
Juntos, Cuna Más, Pensión 65, Foncodes, Pronaa y Beca 18, todos ellos dependientes
del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS), el mismo que cuenta
con una Dirección General de Seguimiento y Evaluación de estos programas, en
coordinación con la Dirección General de Descentralización y Coordinación de
Programas Sociales. El
reporte de este seguimiento se encuentra en la página web del MIDIS,
información que para acogerse al principio de Transparencia, requiere de una
evaluación a cargo de una institución que transparente la data contenida en
él.
En ese sentido, en el año 2008, la Contraloría General de la
República con el apoyo técnico y financiamiento de la Cooperación Alemana al
Desarrollo GTZ, publicó el libro “PROGRAMAS SOCIALES EN EL PERÚ. Elementos para
una propuesta desde el Control Gubernamental” que plantea orientar la gestión
de los programas sociales, desde la asignación ejecución y evaluación
presupuestal, evaluar el impacto que produzcan en la población objetivo,
medición, seguimiento y evaluación del desempeño del programa hasta promover
mecanismos de rendición de cuentas y monitoreo participativo.
Si bien es cierto, el índice de extrema pobreza se ha reducido, no
es menos cierto que no han mejorado las condiciones de vida de las poblaciones
en condición de vulnerabilidad por encontrarse en territorios alejados de los
servicios básicos, o por habitar en lugares con condiciones climáticas
adversas, en tanto los programas sociales son necesarios, pero no pueden ser
parte de la moda electoral, sino que, en el plazo más corto posible, deben cumplir el objetivo de dar paso
a políticas de gestión estatal que promuevan la incorporación de los
beneficiarios a la PEA, por lo que incorporar a la Contraloría en la evaluación
del impacto y desempeño, es una alternativa que puede ayudar a conseguir dicho
objetivo. Definitivamente,
uno de los retos más difíciles del nuevo gobierno.
Un reto para el nuevo Gobierno: Efectividad de los programas sociales
Reviewed by ContraPoder
on
18:23:00
Rating:

No hay comentarios: