Poemas de Adrián Alberto

SOBRE EL DOLOR Y LA POESÍA

Conozco la violencia porque está escrita en los murales de mi calle, es diferente a vivirla, no tengo las pruebas necesarias para afirmar que la poesía está hecha de violencia pero conozco algunos pasajes donde las palabras aniquilaron a un hombre y regresó muerto tres días después a confundirnos, el origen es una expansión.

Sufrir es necesario, nacer es dar paso al sufrimiento, morir es la prolongación del dolor, innecesario pero justo, el trayecto nos conmueve tanto que llegamos a pensar que la muerte es una habitación desplomándose sobre otra habitación más pequeña, aquí viven, según médicos y psicólogos, los porcentajes del suicidio; todos los que cruzan la calle con un desgano semejante al de un poeta, merecen siquiera pensar en el suicidio, no hay teoría en esto, solo práctica.

Tenía ocho años cuando descubrí la mortalidad, los cuestionamientos son necesarios en el crecimiento de un niño, la filosofía está hecha para los viejos me dijeron alguna vez mientras me sacaba los mocos y creía que el mundo era similar a hurgarse la nariz, menos mal no duró mucho, me gusta la verdad porque es triste, lo más parecido a un auto estrellándose contra un poste de alumbrado público, la poesía es similar, pero más dolorosa.

SOBRE LA PÉRDIDA DEL TIEMPO

Huyo de las iglesias y de los sacerdotes que esperan de mí un milagro o una cura a todos los males del hombre, esta vez he decidido purgarme del cielo, hacer esas cosas que según la biblia me condenen al exilio, debe existir alguna puerta por donde abandonarse del mundo, las puertas pueden llevarnos a lugares irreconocibles, entré el mundo a través de las piernas de una mujer y esa fue mi primera puerta, no recuerdo nada del momento de mi nacimiento y no sé en lo absoluto de la muerte, cuando atraviese esa puerta, que será la última, mi memoria debe ser frágil y torpe, terrible como una cosa defectuosa, mi cuerpo será un gran cementerio que sobrevuelen las moscas, aunque quizá sea mejor no pensar en puertas, soy un hombre que acaba de presenciar la muerte de su corazón, pero como dicen, "a nadie le importa el corazón de un poeta" hay cosas más importante como la muerte de un presidente o de un funcionario público; dentro de poco llegará mamá del trabajo, debo apurarme con los quehaceres, no quiero que se moleste al darse cuenta que me he pasado todo el día escribiendo estas líneas que no servirán para colocar la mesa, darle de comer al perro, evitar la ira de mi padre y mucho menos pagarán la cuenta del WiFi, si algo bueno tiene la poesía, es que nos hace perder el tiempo pensando en el tiempo, esto debería considerarse un delito. La poesía es un crimen, me dijo un niño, cuando me asesinó con su última palabra.

ESTRUCTURA COMÚN DE UN SOLDADO

"Mi vida es como en un hotel; pronto o tarde deberé dejar la habitación"

Michel Houellebecq

Abandonar la ciudad donde nacimos para intentar nacer nuevamente, no es fácil determinar la supervivencia lejos de tu lugar de origen. La ciudad es una boca despojada de su lengua. Muy cerca de las calles o lo suficientemente lejos para no aturdirse con la realidad, la luz entra en contacto con las ventanas y evoluciona su forma, alguna vez estuve cerca de reunirme conmigo al otro lado del reflejo, en definitiva, creo en la identidad de ese hombre que me mira pero no me entiende. Hace algunas semanas enfermé de tos y empecé a automedicarme, esta situación de indisciplina la heredé de mi padre, lo que queda de él es un cuerpo intoxicado por las pastillas para disminuir el azúcar en su organismo, antes ebrio de alcohol, hoy ebrio de insulina.

No falta quien haya señalado que soy una copia a menor escala, el viejo alardea en el comedor y hay suficiente metafísica en sus palabras para dudar de la existencia de sus fuentes.

Incluso aún le creo, acepto su furia, su ciencia exagerada, ojalá fuese sólo un hombre y no mi padre, si yo no fuese su hijo quizá él no estaría enfermo pero se tiene que estar completamente enfermo para entender la vida.

Sé que estaremos poco tiempo juntos, cuando muera, irá a sentarse frente al televisor, probablemente lleve el torso desnudo, una panza escandalosa y los ojos blancos, se cansará de estar solo pero no volverá de entre los muertos, hay cierta fascinación en la inexistencia que nos negamos a admitir.

Yo, mientras tanto, dejo pasar por mi vida la sustancia terrible de la noche, aquí me encontrarán a hurtadillas del mundo, no me verán jamás inaccesible a todos los pensamientos porque no conozco la verdad de las cosas, yo solo soy un cuerpo apilado sobre otro cuerpo que se le desprende.

Poco a poco los días vuelven a ser los mismos.

Yo escribo para retrasar a la muerte.

MY SWEET LORD

Preparo una camisa, reviso los pliegues, doblo cuidadosamente las mangas como si tratara de algo importante, la apilo con las demás prendas y apilo también el día, hago un esquema del transcurso de la luz, un niño gimotea y evita con facilidad el silencio.

Salgo a la calle, hay un punto de la ciudad donde los hombres se abandonan y se vuelven dóciles, pero dura poco, los hombres por naturaleza adoptan la masturbación como un método mecánico para extraer su tristeza.

Me cuesta trabajo imaginar un espacio donde el temblor de un vaso con agua sea nuestra idea absoluta de estabilidad, te repetí esto innumerables veces mientras tratábamos de no aburrirnos con los noticieros, la noticia del día ha sido la muerte de George Harrison, yo tengo 10 años y sufro de anemia.

No tenemos que parecernos, la memoria genética puede diferir de ciertos individuos.

Harrison era un buen tipo, dijo mi padre, mientras tarareaba My Sweet Lord y su sonrisa se iba apagando en un ligero letargo…

POEMA SOBRE ASTRONAUTAS Y ELEFANTES

También existe la burocracia en el cielo, la poesía está hecha por herejes y para herejes, es más fácil enseñar sobre poesía que escribirla, la NASA no ha determinado la ubicación original del paraíso, los religiosos se han roto la cabeza pensando en esto y han desmentido tal teoría acusándolos de poetas y locos. En la secundaria me prepararon para monaguillo, yo quería ser veterinario o médico de idiotas, siempre me llamó la atención la psicología y los trastornos dentro de la cabeza de los elefantes, de pronto descubrí la realidad, la vida no es tan simple como mirar por la ventana de un taxi. Hace algunos días revisaba libros que desmentían la teoría de la llegada del hombre a la luna, esto siempre me causó intriga, los astronautas son necesarios para soñar con ser astronautas le dije a un profesor en la universidad durante la clase de periodismo, desde luego no es nada sencillo ser astronauta, hay que acostumbrarse a los constantes cambios de presión y a la sonrisa de Dios, perderle el miedo a los aviones y a los pájaros, acostumbrarte a la soledad de los meteoritos y al suicidio de los ángeles; hace poco menos de una hora me he percatado de que jamás seré astronauta, estoy muy flaco y tengo dificultades para dormir, trabajo como redactor en una agencia de publicidad y mi mayor riesgo es ser despedido por el uso excesivo de metáforas; felizmente todo esto es parte de un mal sueño y soy tan inestable como un elefante flotando en la estratósfera.

ESTOS TEXTOS PERTENECEN A “FICCIÓN BÉLICA” QUE PUBLICARÁ EDITORIAL SUMMA