Conocí a Pedro Pablo Kuczinsky y
a Fernando Zavala hace 15 años, trabajando durante el gobierno de Alejandro
Toledo. Por eso puedo decir que confío plenamente en que van a realizar una
buena labor en los importantes cargos que les toca desempeñar. Con el fin de
contribuir con ellos, les alcanzo algunas ideas que son el fruto de varios años
de reflexión e investigación; pueden verse como grandes oportunidades para el
gobierno que se inicia este 28 de julio.
1- ASUMIR CLARAMENTE QUE VIVIMOS
EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO, Y NO YA EN LA SOCIEDAD DEL CAPITAL
Peter Drucker fue el primero que
descubrió esto en su visionario libro La sociedad post capitalista (1994). Dijo
que ahora la principal fuente de la riqueza ya no es el trabajo o el capital,
factores clásicos de la economía, sino el conocimiento. La innovación y la
productividad son las aplicaciones del conocimiento a la producción.
Para confirmar lo que él dice,
presento cuatro evidencias:
(i)
Cinco de las
siete empresas más valiosas del mundo: Apple, Google, Microsoft, Amazon y
Facebook, son empresas tecnológicas, basadas en la innovación y el
conocimiento. Nacieron y crecieron utilizando muy poco capital, y sí mucho
talento. Hoy día mismo no andan buscando capital en algún banco, sino cerebros
en todo el mundo para mantener su liderazgo.
(ii)
En el año
2014 (última cifra disponible en WIPO) las universidades, centros de
investigación, empresas e individuos de China han solicitado 928 mil patentes
de invención, superando a Estados Unidos, que registra 578 mil y a Europa con
152 mil. El gobierno de la China incrementa cada año en 22% su inversión en
Investigación y Desarrollo (I+D) científico y tecnológico. Hace rato que basa
su crecimiento en el conocimiento, la innovación y el emprendimiento, superando
su obsesión por las altas tasas de ahorro e inversión que lideraron sus
primeras décadas de crecimiento en la era post Mao.
(iii)
Dos
investigaciones recientes, conducidas por Charles Eesley, profesor de Stanford,
y financiadas por la Fundación Kauffman, sobre el impacto del MIT y Stanford
sobre la economía norteamericana presentan resultados espectaculares. Los
egresados de estas dos universidades han creado 66,000 empresas (actualmente
operativas) y 30,000 instituciones sin fines de lucro, con ventas de 4.6
trillones (millones de millones) de dólares. Ellas han generado 8.7 millones de
puestos de trabajo y aportan el14% del PBI norteamericano. Comprueban que la
innovación y el emprendimiento son los verdaderos motores del crecimiento.
(iv)
Daron
Acemoglu y James Robinson, profesores del MIT y Harvard, autores de Por qué
fracasan los países (2012), luego de una investigación que abarcó a más de 40
países, y duró varios años, concluyeron que los países exitosos son los que
logran desatar y mantener procesos de «destrucción creativa» (definición
estricta de innovación de Joseph Schumpeter), en los que las fuerzas del cambio
vencen las resistencias de las fuerzas del statu quo. Es indispensable hacer
notar que este libro recibiese el aval de seis premios Nobel de economía, algo
nunca antes visto.
Aceptar que estamos en la
sociedad del conocimiento y no ya en la sociedad del capital tiene muchas y muy
variadas consecuencias; no hay espacio para repasarlas todas. Como ejemplo
mencionaré solo una: ProInversión y PromPerú deben dedicarse a atraer
inversiones con alto contenido de conocimiento, innovación, valor agregado,
ciencia y tecnología, y dejar de lado su actual rol de buscar inversionistas
que solo vienen al Perú a extraer materias primas.
2- NECESITAMOS TRANSFORMAR Y
HACER CRECER AL ESTADO
Los principales indicadores para
medir el tamaño del Estado son dos: (i) los ingresos tributarios (porcentaje de
ingresos sobre el PBI) y empleo público (porcentaje de la PEA que trabaja en el
Estado). De acuerdo con las cifras disponibles, los países desarrollados, miembros
de la OCDE (club al que queremos entrar), tienen una presión tributaria entre
30 y 50% del PBI, y un empleo público entre 10 y 30% de la PEA total. El Perú
tiene 18% de ingresos tributarios (cifra OECD) y un 9% de la PEA empleada en el
sector público (cifra INEI). Las posturas de economistas y periodistas,
multiplicadas por los medios, que sostienen que el Estado peruano es demasiado
grande, es un mito conscientemente construido que no tiene ninguna
correspondencia con la realidad.
Todos coincidimos en que el
Estado debe asegurar servicios públicos de calidad, como educación, salud,
seguridad, alimentación infantil, jubilación y seguridad. La verdadera
transformación del Estado es ir más allá de las políticas sociales. Debe
convertirse en un Estado promotor realizando una labor de apoyo, capacitación y
transferencia de tecnología hacia el 70% de la población, que tiene bajos
ingresos y se encuentra en la informalidad y la pobreza, con el objetivo de
elevar radicalmente su productividad en pocos años. Los experimentos de De Soto
no han dado resultado, así que hay que regresar a lo bueno conocido: el Small
Business Administration (SBA) de Estados Unidos, SEBRAE de Brasil y CORFO de
Chile; destinan cientos de millones de dólares anualmente para sus micro y
pequeñas empresas rurales y urbanas. Nosotros mismos tenemos experiencias muy
positivas, como Sierra Productiva (y también Sierra Exportadora), que hay que
replicar.
Aunque el gran reto sigue siendo
producir una verdadera revolución ética en la administración pública; los
reiterados casos de corrupción revelan que se trata de un problema mucho más
grave del que se pensaba, y que pone en peligro la viabilidad misma del país.
No hay recetas fáciles; reforzar la lucha contra la corrupción, acabar con la
impunidad, entrenar y seleccionar bien a los servidores públicos (Servir), son
medidas necesarias, pero no suficientes. Debemos ser creativos y audaces en
este tema; hay que apelar a esa juventud sana que ha mostrado su deseo de
cambio en meses recientes, que junto con instituciones, universidades y
profesionales honestos harán la tarea.
3- EL KEYNESIANISMO ESTÁ DE
VUELTA Y HAY QUE APROVECHARLO
La crisis financiera del
2008-2009, que tuvo su detonante en la quiebra de Lehman Brothers, fue
contenida y parcialmente revertida con una masiva intervención del gobierno de
Estados Unidos. Se destinaron 1.5 trillones de dólares (700 billones de Bush y
800 de Obama) para rescatar a los grandes bancos de ese país. A lo largo de los
siguientes años se inyectaron cerca de 6 trillones de dólares (Quantitative
Easing) a la economía para evitar la recesión. El Banco Central de Japón hizo
lo mismo, aun antes que Estados Unidos (2001), así como el Banco Central
Europeo, a través de generosas emisiones monetarias. Si bien no han logrado
altas tasas de crecimiento han evitado la recesión y han mantenido el empleo
(salvo los casos de Grecia y España).
China, Corea, Singapur, Taiwán y
otros países asiáticos tienen agresivas políticas monetarias y fiscales para
incrementar sus ritmos de crecimiento (no sólo para evitar las recesiones). La
sobreoferta de dinero ha hecho que las tasas de interés de largo plazo sean
cero o cercanas a cero. En todos estos países ningún buen proyecto de inversión
(privado o público) se queda sin financiamiento.
Esta situación mundial ha llevado
a Paul Krugman, premio Nobel de economía y reconocido keynesiano, a declarar
que una verdadera «mafia» internacional (que llama «MIT gang») domina las
finanzas públicas nacionales e internacionales; la que ha reemplazado a los
«Chicago boys» de Milton Friedman, dominantes en los 80 y 90. Representantes de
este grupo de economistas son Ben Bernanke expresidente de la FED, Janet
Yellen, actual presidenta de esa institución, Mario Dragui, actual presidente
del Banco Central Europeo, Simon Johnson y Olivier Blanchard, ex economistas en
jefe del FMI, y Maurice Obstfeld, actualmente en ese cargo. Todos ellos saben
que el verdadero límite de las políticas monetarias y fiscales expansivas es la
inflación; mientras ella no ocurra, el Estado puede seguir inyectando dinero a
la economía (evitando, por supuesto, malas prácticas como los subsidios
indiscriminados y la corrupción que tuvimos en los 80 en el Perú).
Con estas políticas monetarias y
fiscales expansionistas (no solo anti recesivas) podremos financiar las masivas
obras de infraestructura que el país necesita y que están bastante bien
identificadas, promover las inversiones privadas con valor agregado
imprescindibles, generar empleo formal y de calidad para nuestros jóvenes,
brindar servicios públicos y reformar el Estado, entre otras acciones.
Sería una verdadera lástima que
por razones puramente ideológicas (el dogmatismo anti keynesiano de algunos
economistas locales) no aprovechemos este poderoso instrumento económico que
está siendo muy bien utilizado por la mayoría de países desarrollados y
emergentes.
Tres mega oportunidades para el gobierno de PPK
Reviewed by ContraPoder
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11:13:00
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