Sponsor

Señores Congresistas: No olvidar


Hans Kelsen decía que “la existencia de la democracia moderna depende de la cuestión de si el Parlamento es un instrumento útil para resolver las necesidades sociales de nuestra era”, refiriéndose a lo importante que es el desempeño del Congreso para la democracia misma.

Y es así. El pueblo espera que el Parlamento le sea útil, sea un eficaz instrumento para resolver sus necesidades y problemas. ¿Cómo? pues legislando en beneficio de sus electores y del país, representándolos con ponderación, siendo reales canalizadores de sus exigencias y luchas reivindicativas, fiscalizando y denunciando aquellas acciones o inacciones del gobierno que les puedan causar perjuicios. Pero ¿qué pasa cuando lo que observan de sus electos son conductas que se oponen a todo lo dicho?, ¿qué pasa cuando el accionar de sus congresistas se convierten en los escándalos de la semana? O peor aún, ¿qué pasa cuando éstos actos terminan configurándose en ilícitos o delitos?

El pueblo, cada que empieza un quinquenio congresal, se hace expectativas respecto al desempeño de sus parlamentarios - en los que deposita tercamente su esperanza, su fe en el futuro y su confianza en la misma democracia y la política – y muchas veces éstas no son colmadas sino que por el contrario se convierten en frustraciones.

Por esa razón, aquel que ha decidido proponerse como representante de los intereses del pueblo y ha obtenido la confianza del mismo, debe ser consciente de tal honor y de la extensión de lo que el deber asumido significa, entender que su actuar incide en la credibilidad que el ciudadano tiene en la política, en el fortalecimiento y la consolidación de nuestras instituciones y en la madurez de nuestra democracia.

Por todo ello, consideramos indispensable recordarles lo que nos ha decepcionado del quinquenio que se va, precisarles lo que no deben hacer, lo que esperamos no se repita. Recordarles, por ejemplo, que en este período que termina se sancionó a un congresista porque habría ejercido influencia sobre tres generales de la Policía para el desalojo de la azucarera Andahuasi; se sancionó a otro luego de que se le acusara de practicar la minería ilegal y presentar proyectos de ley para beneficiar a esta ilícita actividad, por lo que se le apodó el “comeoro”; a otra congresista cuya empresa de servicio de cable habría ofrecido servicios exclusivos “pirateados” de otras empresas, por lo que la apodaron la “robacable“; a un congresista porque su propia empleada lo acusó de abuso sexual; no olvidar que se sancionó con 120 días de suspensión a un congresista porque habría contratado a la hija de su esposa, a otra congresista porque habría presionado a un director para contratar con una empresa de paneles publicitarios, a otro congresista por vínculos con una empresa que le habría vendido fotocopiadoras al Estado, a otro que habría sido filmado saliendo ebrio de una discoteca, a más de un congresista se le ha acusado de plagio de proyectos de ley o por mentir en su hoja de vida señalando estudios o trabajos inexistentes y a otro congresista que no sabía cómo comportarse en el hemiciclo y que por “jugar” a robarle el voto de su vecino de curul fue apodado “el robavoto”.

No olvidar que se sancionó a más de un congresista por contratar empleados fantasmas y se desaforó a otro por recortar indebidamente el sueldo a sus empleados, pero sobre todo no olvidar que en el 2011, cuando éstos ingresaron, se les advirtió que sus antecesores dejaron lamentables y memorables apodos como: el “mataperro”, el “paparazzi”, el “robaluz”, la “lavapies”, el “comepollo”, el “ planchacamisas” y sin embargo no aprendieron de la lección ajena y siguieron con esas malas prácticas que tanto daño hacen a la institucionalidad e imagen del Congreso.

Este 26 de julio se incorporan y juramentan los 130 congresistas elegidos para el periodo parlamentario 2016-2021. Revive en nosotros esa esperanza y confianza expresada en nuestros votos y no está de más decirles que de ellos esperamos un quinquenio de diálogo que nos asegure gobernabilidad y progreso, que antepongan al país por encima de sus intereses individuales, que no pierdan el vínculo con sus electores y que recuerden que siendo Padres de la Patria sus acciones y el éxito de su gestión sí incide en nuestra credibilidad en la política, en la democracia y en el Parlamento. No olvidar.


Señores Congresistas: No olvidar Señores Congresistas: No olvidar Reviewed by ContraPoder on 8:25:00 Rating: 5

No hay comentarios:

Con la tecnología de Blogger.