Lari Lari

Lari Lari, antigua lloclla, es el asentamiento prehispánico donde hoy ubicamos a la Municipalidad Distrital de Cayma, en Arequipa. A Lari Lari, no se le recuerda, pero tuvo un trueno jubiloso en el pasado. Se debe encimar a voz en cuello ese enorme significado y hacer que cale en los húmeros y el corazón de los caymeños.

La Chimba fue la banda occidental del río Chili, que corría desde la Acequia Alta hasta lo que es hoy el distrito de Uchumayo. Las gentes que venían del Collao hacia la costa chimbaban pataccalas por el “Vado de la Chimba”, a la altura de lo que es hoy el Club Internacional.

Por la actual Carmen Alto, se construiría el primer puente prehispánico sobre el río Chili, el Puente Colgante de Chilina, puente incaico, que pretendió ser reconstruido por el cabildo colonial de Arequipa hacia el 13 de diciembre de 1549 y el 10 de enero de 1550. Abandonaron el proyecto y se dio vida al puente Bolognesi. Este puente comunicaba grande caminos reales con la región Collagua. En Carmen Alto, en la localidad llamada Tronchadero, aún se conservan secciones de aquellos caminos.

En Lari Lari unas chozas azotadas por los terrales, habitadas de curiosos y curtidos hombres, harán historia. La tocra, será el sedimento con los que se levantarán esos primeros muros. La tocra abundaba en Acequia Alta al rigor de llamar a su primer asentamiento de este pueblo Tocrahuasi.

Los predios de la jurisdicción de Cayma fueron muchos: Además de Tocrahuasi, Tampinsenca en La Tomilla, Chapota, Capistaca etc. Pero los de mayor importancia fueron dos: 1) Lari Lari (cuyo centro histórico se ubicó en el actual Cementerio de Cayma, y comprendía los predios citados) y 2) Challapampa (actualmente en el distrito de Cerro Colorado: en época prehispánica fue jurisdicción de Cayma).

Lari Lari fue un asentamiento Collagua. Las ruinas se avistaban a la espalda del actual templo de La Candelaria hasta 1747. Por su toponimia cruzaba la “Sequia del Inga”, donde se han descubierto fragmentos de cerámica y construcciones funerarias.

Existía a la entrada del cementerio actual una piedra maciza, que era una huaca de la gentilidad: debió ser una diosa de la fertilidad o una divinidad prodigiosa de la lluvia; allí se reveló la virgen de la Candelaria y se ubicó sobre la piedra para tapar el culto pagano: todo esto revela la masa humana preexistente, su número importante, su peligro, que debía ser “civilizada”. El primer templo de la virgen estuvo en Lari Lari. La huaca o piedra ha sido destruida para hacer el graderío de entrada al cementerio. De conservarse hubiera sido testimonio vivo de dos universos religiosos: la huaca mística prehispánica y el cristianismo conquistador.

Todo ello sobre la antigua lloclla Lari Lari. Huellas milenarias de hombres aprendidos al rigor de su sobrevivencia con la tocra y el maíz, que abundó en Chilina. Lari Lari, es cuna del hombre prehispánico, brazo extendido del hombre paleolítico de Cayma, cuyo rastro encontramos en las Cuevas de Sumbay. Y esa es otra historia.