Dilma Rousseff fue destituida del cargo de
Presidenta del Brasil, luego de haber sido sometida a un juicio político
(impeachment) en el Senado. Con su destitución, el modelo brasilero se ha
desmoronado y perdido credibilidad a nivel mundial como un referente muy
seguido sobretodo en la región. Las denuncias de corrupción contra la empresa
Petrobras terminaron salpicándola a ella y a su antecesor, el muy popular ex
Presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, quien en medio de la desesperación para
evitar ser juzgado intentó encontrar protección siendo nombrado Ministro por su
heredera Rousseff.
El caso “Lava Jato” que investiga a
funcionarios de distintos países de la región por haber supuestamente recibido
pagos de la empresa Odebrecht para hacerse de licitaciones de obras, traspasó
las fronteras y muchos políticos –inclusive del Perú- tiemblan por posibles
vinculaciones. En el Perú, Odebrecht ganó licitaciones para construir centrales
hidroeléctricas, así como para la carretera interoceánica y, el gasoducto sur
peruano. El modelo brasilero de Odebrecht – “Lava Jato” y Petrobras es muy
sencillo, reduciéndose a la triste –pero popular- frase peruana: “no importa
que robe con tal que haga obras”.
Este modelo, a pequeña escala en el Perú,
lo hemos visto en los Gobiernos Regionales y en las Municipalidades. Concursos
y licitaciones amañados y direccionados, autoridades cobrando el famoso 10%,
cartas fianzas bambas. Las autoridades y los funcionarios –incluido su entorno
más cercano- terminan convirtiéndose en empresarios de la construcción. Las aspiraciones
de quienes pretenden ejercer un cargo público electo (Gobernador Regional,
Alcalde, Consejero Regional, Regidor, Presidente de la República o, Congresista)
ya no lo son por servir al pueblo sino para disponer a discreción de los
apetitosos pliegos presupuestarios.
La ex Presidenta Cristina Fernández de
Kirchner terminó cuestionada por actos de corrupción durante su gestión. No se
sabe cómo es que María Gabriela Chávez, hija del desaparecido ex Presidente de
Venezuela, Hugo Chávez, ha amasado una fortuna que supera los cuatro mil
millones de dólares, colocándola en la lista Forbes. Gobiernos corruptos y con
evidentes nexos con el narcotráfico –por citar al cuestionado chavista,
Diosdado Cabello- que, arengando un discurso en pro del socialismo, la
revolución popular y la sociedad sin clases y sin desigualdades, han llevado a
sus naciones al colapso moral, político, económico y, cultural.
Hoy, somos testigos de cómo Venezuela se
descarrila a la barbarie, por el capricho de gobernantes ensimismados en un
discurso socialista que, ya para estas alturas resulta evidente ser sólo un
pretexto para asaltar las arcas y el erario nacional. No cabe duda que la corrupción
generada por estos gobiernos, inspirados en una ideología ya superada y que
pretenden descaradamente representar los intereses de los más necesitados y
excluidos, genera más pobreza y destrucción que miles de bombas atómicas. Y
todos estos pseudo líderes sociales ven en los Castro de la dictadura cubana,
los líderes morales de una revolución que sólo ha logrado hacer ricos a unos
cuantos.
En el Perú, desafortunadamente hay quienes
creen en ese discurso, y que inclusive se niegan en reconocer que en Venezuela
no haya democracia ni estado de derecho. Estuvimos a poco de que esa facción
política se instalara en el gobierno. El anterior gobierno nacionalista de
Humala tiene serios cuestionamientos por sus vínculos con el chavismo, y Nadine
tendrá que responder ante la opinión pública. Mucho dependerá de lo que haga la
actual administración –calificada de derecha mercantilista-, pues una gestión
parcializada con los intereses empresariales podría ser el caldo de cultivo
para discursos pro chavistas, socialistoides y nacionalistas de Verónikas y
Gregorios. Sensatez y prudencia con PPK.
Derrumbe del socialismo del siglo XXI
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13:35:00
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